El masaje perineal es una técnica utilizada en fisioterapia con el fin de preparar el periné, elastificar y relajarlo de cara al traumatismo que supone el parto para esta zona.
Con él, conseguimos elastificar y flexibilizar el periné, de manera que se pueda adaptar mejor al estiramiento y la presión que supone la salida del bebé por el canal vaginal, previniendo así su laceración.
También ayuda a que cada mujer se familiarice con esas sensaciones, minimizar la percepción de dolor y mejorar el autoconocimiento de la zona genital.
Del mismo modo, se mejora el aporte de sangre y la oxigenación del tejido, de manera que al optimizar la calidad del tejido se previenen posibles complicaciones y se acelera el proceso de recuperación posparto.
Esta técnica habitualmente se recomienda a partir de la semana 31 de gestación, aproximadamente. Pero eso no significa que hasta entonces no se pueda hacer nada.
Cabe recalcar que para que sea más exitoso, sería igual de recomendable que fuese acompañado de una valoración de suelo pélvico durante el segundo trimestre de embarazo y trabajo del mismo. De esta manera, podremos valorar el estado de la musculatura y tener mayor margen de maniobra.
¿Cómo se hace?
A grandes rasgos, el masaje perineal consiste en ejercer presión y deslizamiento del tejido intracavitario.
Es recomendable usar algún tipo de lubricante o aceite adecuado (personas muy propensas a cándidas mejor con lubricante de base acuosa) para reducir las sensaciones desagradables como puede ser la fricción con la piel.
Intenta que un profesional sea el que te enseñe como realizarlo de forma correcta.
La pareja tiene un papel fundamental en este punto del embarazo, ya que será mucho más efectivo que si te lo haces tu misma.
Cualquier duda que tengas sobre masaje perineal o sobre tu suelo pélvico, no dudes en consultarnos, ¡estamos aquí para cuidarte!
